Diabetes es una enfermedad en la que los niveles de azúcar (o glucosa) en la sangre están muy altos. A la glucosa que circula por la sangre se le llama glucemia.
Con la edad, el exceso de glucosa en sangre puede causar serios problemas. Dañar la vista, los riñones y los nervios. La diabetes también puede causar enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y la necesidad de amputar un miembro . Las mujeres embarazadas también pueden desarrollar diabetes, llamada diabetes gestacional.
Se puede comprobar si uno tiene diabetes con un análisis de sangre. Practicar ejercicio, controlar el peso y un plan de comidas y dieta adecuados puede ayudar a controlar la diabetes. También debe controlar el nivel de glucosa en sangre y, si tiene receta médica, tomar medicamentos.
Una lesión muy característica de las personas con diabetes es el pie diabético, que es el resultado de las alteraciones en la sensibilidad (neuropatía periférica) y en el riego de las arterias (artropatía periférica). El riesgo de padecer esta lesión aumenta conforme avanza la diabetes, llegando a presentar una incidencia de amputaciones por este motivo en torno a 4 por 1.000 pacientes y año. Se estima que el 15% de los diabéticos presentarán en algún momento de su vida lesiones compatibles con un pie diabético.
Los factores más importantes para su desarrollo son el mal control de la diabetes, la neuropatía, las deformidades del pie (artropatía de Charcot), la arteriopatía y el tabaco. El 80% de los pacientes con pie diabético presentan alteración de la sensibilidad, y estos son los más proclives a desarrollar úlceras.
Dichas alteraciones facilitan que un mínimo traumatismo o herida provoque úlceras o heridas de difícil cicatrización, y que originan infecciones graves, dolores y, en situaciones avanzadas, incluso amputaciones.
Las primeras señales que deben alertarnosde que tenemos un pie diabético son rojeces de algunas zonas del pie, aumento de la temperatura del pié, durezas o zonas callosas que no mejoran y se acaban ulcerando. Estas úlceras pueden llegar a derivar en úlceras más profundas y alcanzar el hueso provocando una osteomielitis, y finalmente en situaciones muy avanzadas una gangrena del pie. Con un buen seguimiento y control son lesiones evitables.
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